Xochimilco en náhuatl significa sementera florida, nombre que se ganó gracias a la enorme diversidad de flores y plantas que ahí habitan; además de convertirse en un lugar icónico para los amantes de la naturaleza, las tradiciones y la cultura. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) en 1987 declaró a Xochimilco como Patrimonio Cultural de Humanidad.
Considerado un barrio mágico, Xochimilco es un lugar turístico por excelencia en la Ciudad de México debido a sus 9 embarcaderos para abordar más de 200 trajineras (Caltongo, Fernando Celada, Salitre, Belém, San Cristóbal, Zacapa, Las Flores, Nuevo Nativitas y Belem de las Flores) y a la facilidad para adquirir una variedad de flores y plantas de ornato.
Sus canales y chinampas son el hogar de una gran biodiversidad, sin embargo, algunas especies se encuentran en peligro de extinción, como es el caso del ajolote o Monstruo del agua, como es conocido en náhuatl, debido a sus hábitos acuáticos y peculiar forma, descrita como un renacuajo gigante con gran cola y patas.
El ajolote es una especie que sólo vive en México y ha captado la atención de miles de curiosos y científicos en todo el mundo ya que es parte de varias investigaciones sobre biología y genética. Su papel cultural no es menor, ya que es parte de múltiples historias y leyendas prehispánicas, además de ser musa para algunos escritores como el argentino Julio Cortázar.
Se encuentra en peligro de extinción por la pérdida y contaminación de su habitat, ha que ha sido capturado y sobre explotado para fines medicinales y culinarios. Es por ello que se han intensificado esfuerzos para su recuperación.
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